lunes, 11 de agosto de 2014

Las tics en la educación

Articulo: de Frida Días

 

En relación al sugerente tema de la educación que queremos para los jóvenes bicentenarios, no puedo menos que pensar que resultará imposible perfilar dicha empresa, si no tenemos claro el tipo de docentes que necesitamos formar para que apoyen el aprendizaje y desarrollo de estos jóvenes.

Aún cuando se ha demostrado que las TIC constituyen en fenómeno social de gran trascendencia que ha transformado la vida de millones, también se ha reconocido que su impacto en la educación dista de sus potencialidades. En la región latinoamericana, con base en los análisis de los expertos en el tema, se encuentra un claro rezago no sólo en las posibilidades de acceso en condiciones de equidad a dichas tecnologías, sino también en relación a sus usos pedagógicos.  Al parecer, en las condiciones actuales, y de no mediar acciones a todos los niveles (político, educativo, económico), en nuestra región las TIC pasarán a ser un factor más de desigualdad que perpetúe el círculo de exclusión social y educativa en que se encuentran atrapados muchos de nuestros niños y jóvenes.  
Estoy plenamente convencida que la introducción de las TIC en la educación abre muchas posibilidades, pero también plantea nuevas exigencias. Uno de los desafíos más importantes se refiere a la tarea docente. Las nuevas exigencias a la profesión docente demandan que sean precisamente los profesores los responsables de la alfabetización tecnológica de sus  estudiantes y del dominio de una diversidad de competencias requeridas en el contexto de las demandas de la sociedad del conocimiento. La cuestión es ¿están preparados los docentes para ello?, ¿se está haciendo lo debido para asegurar una formación docente apropiada?

A pesar de las reformas curriculares de la última década que se precian de sus fundamentos en el constructivismo, por lo menos en el caso de los sistemas educativos de nuestra región, todavía prevalecen las formas de enseñanza centradas en la transmisión del conocimiento declarativo y en las evaluaciones del aprendizaje a través de exámenes de opción múltiple o de recuperación casi literal de información puntual. En algunos estudios realizados sobre el particular (en países como Chile, México, Colombia, España) se ha concluido que los profesores y alumnos en general, emplean las TIC para hacer más eficiente lo que tradicionalmente han venido haciendo, sobre todo, para recuperar información o presentarla. Pero los usos más constructivos e innovadores vinculados con el aprendizaje complejo, la solución de problemas, la generación de conocimiento original o el trabajo colaborativo, son poco frecuentes. Asimismo, se ha encontrado que  muchos profesores están experimentando una falta de seguridad técnica y didáctica en relación a la introducción de las TIC en el aula, dada la falta de programas de habilitación docente apropiados y debido a que no se han logrado crear las condiciones favorables para su uso pedagógico. Con relativa frecuencia, los profesores muestran menor seguridad y una baja percepción de competencia o autoeficacia frente a las TIC en comparación a sus estudiantes.

Por lo anterior, entre las prioridades a atender para promover usos innovadores de las TIC en las escuelas, se encuentra el tema del desarrollo y perfeccionamiento continuo de las competencias tecnológicas y didácticas del profesorado. Hay que considerar no sólo espacios para la reflexión y eventual transformación de sus creencias y prácticas pedagógicas, sino ante todo, la creación de equipos o grupos de trabajo (a la manera de comunidades de práctica y discurso crítico) que brinden el debido soporte y acompañamiento en esta labor. Los esfuerzos conducidos (meritorios pero insuficientes) se han centrado en dotar a los profesores de las nociones básicas de uso instrumental de las TIC, con poco apoyo para su introducción sistemática en el aula. Son menos las experiencias donde los profesores logran adquirir las competencias necesarias para utilizar conjuntamente metodologías didácticas innovadoras y TIC sofisticadas, enfatizando la comprensión del conocimiento escolar pero sobre todo su aplicación tanto a problemas del mundo real de interés para sus alumnos, como a su propio abordaje pedagógico.  Más allá del manejo instrumental básico de las TIC, el docente requiere mejorar y enriquecer las oportunidades de aprender a enseñar significativamente a sus estudiantes con apoyo en dichas tecnologías, lo que implica su participación activa en proyectos colectivos de  diseño y uso de ambientes de aprendizaje enriquecidos con las TIC.

Lograr lo antes expuesto no es tarea sencilla, pero tampoco es inasequible. Existe afortunadamente evidencia suficiente de experiencias educativas exitosas donde los docentes han logrado innovar la enseñanza y promover aprendizajes significativos en sus estudiantes. Al respecto, cierro mi comentario con la mención a los cinco atributos clave que plantea la UNESCO para llevar a buen término una innovación educativa, basados en la literatura reportada sobre el papel y necesidades de los profesores: 1. Ventaja relativa: hay que demostrar al profesor que el aprendizaje enriquecido por medio de las TIC es más efectivo que los enfoques tradicionales; 2. Grado de compatibilidad: demostrar que el uso de las TIC no se opone a los puntos de vista, los valores o los enfoques educativos de actualidad; 3. Complejidad: demostrar que es viable implementar las TIC en la enseñanza; 4. Prueba empírica: dar a los educadores la oportunidad de probar las TIC en entornos no amenazantes, para lo cual, se necesita tiempo y apoyo técnico. 5.  Observabilidad: dar a los profesores la oportunidad de observar el uso de las TIC aplicadas con éxito en la enseñanza.

Referencias:

Coll, C. (2007). TIC y prácticas educativas: realidades y expectativas. Ponencia magistral presentada en la XXII Semana Monográfica de Educación, Fundación Santillana,  Madrid, España. Disponible en http://www.oei.es/tic/santillana/coll.pdf
Cerf, V. y Schutz, C. (2003). La enseñanza en el 2025: La transformación de la educación y la tecnología. Disponible en http://www.eduteka.org/Visiones2.php
Ramírez, J.L. (2006). Las tecnologías de la información y de la comunicación en la educación de cuatro países latinoamericanos. Revista Mexicana de Investigación Educativa, 11(28), 61-90.
Rueda, R., Quintana, A., Martínez, J.C. (2003). Actitudes, representaciones y usos de las nuevas tecnologías: El caso colombiano. Tecnología y Comunicación Educativas, 38, 48-68.
UNESCO. (2004). Las tecnologías de la información y la comunicación en la formación docente. Guía de planificación. París: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
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¿Qué es el bullying laboral y cómo combatirlo?





En los ambientes laborales las relaciones  no siempre son perfectas, por eso existen procedimientos para sancionar el abuso de poder de los empleadores, el maltrato y la presión injustificada hacia el trabajador.
En el país ha habido sonados casos como el de Juan Carlos Forero en 2007, quien se suicidó aparentemente por el constante acoso laboral al que fue sometido en la empresa en la que trabajaba.
Por casos así es que se reguló de manera más completa todo lo relacionado con el acoso laboral, para prevenir y sancionar a quienes atenten contra la dignidad de los colaboradores en el trabajo.
El Decreto 652 de 2012, determinó como obligatorio el establecimiento de los Comités de Convivencia, para solucionar de manera rápida los inconvenientes laborales dentro de empresas privadas, como en entidades públicas.
El acoso laboral en la legislación colombiana, está regulado en la Ley 1010 de 2006. En ella se definen los hechos que representan acoso laboral para prevenir, corregir y sancionar las diversas formas de agresión, maltrato, trato desconsiderado, ofensivo y cualquier hecho que ultraje a la dignidad humana de los trabajadores.
En el contexto de una relación laboral, ya sea en una entidad pública o privada, cualquier tipo de presión sobre el trabajador debe ser sancionada. Hechos como hacerlo quedar luego del horario establecido en el contrato laboral, amenazarlo con despedirlo sin justificación y presionarlo constantemente sin razón son considerados como acoso laboral.
Según el abogado laboralista Pablo Antonio Méndez, hay varias modalidades de bullying. Limitaciones al derecho de asociación, la imposición de labores diferentes a las pactadas inicialmente para aburrir al trabajador, perseguir a los empleados sindicalizados, y hasta presionar a los discapacitados para que renuncien, también son hechos considerados como acoso laboral.
¿Qué hacer cuando suceden situaciones así?
Respecto de la manera como se pueden exigir los derechos de los trabajadores, Méndez argumenta que en la ley solo se habla del contrato laboral, dejando de esta manera con menos herramientas legales a los prestadores de servicios.
Sin embargo cuando la situación no se logra resolver en los Comités de Convivencia Laboral, se puede acudir ante el Ministerio del Trabajo, que toma decisiones administrativas, o finalmente demandar ante la justicia laboral.
Cuando hay perjuicios por acoso laboral se pueden instaurar demandas civiles para reclamar una indemnización por responsabilidad civil extra contractual. En los casos más graves se pueden dar hasta denuncios penales. Si se trata de empleados del sector público se aplica el Código Único Disciplinario.
Los empleados tienen derechos y deberes, pero cuando se busca reclamar derechos, recuerde que lo más importante es tener las pruebas que demuestren la conducta que vulneró la dignidad humana del trabajador. Los testimonios si bien son importantes, son más contundentes las grabaciones y los vídeos.
Lo mejor para tener un ambiente laboral adecuado es conocer el reglamento de trabajo, respetarlo y buscar siempre los arreglos amistosos para evitar llegar a las instancias judiciales.
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